Lavanda o Espliego (Lavandula angustifolia), quizá una de las plantas medicinales más conocidas y utilizadas desde la antigüedad hasta nuestros días, una de las imprescindibles en la medicina popular debido a sus propiedades medicinales y beneficios que ofrece para cuidar y mantener nuestra salud de forma natural.
Descripción / Composición
La Lavanda es un arbusto leñoso perenne con unas vistosas flores violetas o azuladas en forma de espigas con un aroma muy característico y agradable. Es endémico del Mediterráneo.
La lavanda es una planta de la familia de las lamiáceas, que contiene una treintena de especies conocidas, entre las que se encuentra el espliego, fácilmente confundible con la lavanda común. El nombre científico de la lavanda, lavandulae, proviene del verbo latino lavare, por que esta flor ayuda a lavar las heridas tanto físicas como emocionales.
Su aroma inconfundible ha convertido a esta planta en la joya por excelencia de la aromaterapia. En Francia es muy utilizada para elaborar perfumes y aguas de colonia. También se utiliza para perfumar y ahuyentar los insectos de armarios y cajones, en los que se coloca un saquito con flores de lavanda. Sus tupidas espigas de flores se destilan al vapor para producir el aceite esencial utilizado para dolores musculares y jaquecas.
PROPIEDADES
Uso Interno
- La lavanda se utiliza en infusión para las jaquecas producto del agotamiento nervioso tomando 1 taza de infusión estándar de las flores 3 veces al día y, si tomas 1 taza antes de acostarte, puede ayudarte a aliviar el insomnio.
- También resulta apropiada como digestivo tras la comida.
- En tintura, se puede tomar hasta 5 ml (1 cucharadita) al día para las jaquecas, la depresión o la tensión nerviosa, aunque también sirve para calmar el asma, especialmente en ataques desencadenados por la tensión nerviosa, y para el estrés.
Uso Externo
La aplicación más extendida de la lavanda es como aceite esencial, al que hay tres formas diferentes de sacarle partido:
- Aplica aceite puro sobre picaduras o mordeduras de insecto, o añada 10 gotas a 50 ml de agua y utilízalo como loción para quemaduras solares. Para ayudar a conciliar el sueño, coloca un paño con 3-4 gotas de aceite bajo la almohada.
- Aceite de masaje. Diluye 2 ml (20 gotas) de aceite esencial en 10 ml de aceite base para aliviar dolores musculares. Frota las sienes y la nuca en caso de jaquecas tensionales o al percibir el menor signo de migraña.
- Enjuague capilar. Diluye 20 gotas de aceite esencial en una jarra de agua para obtener un buen enjuague capilar para los piojos. Aplica unas gotas de aceite puro en el peine con el que se eliminan las larvas y las liendres.
Recolección y Conservación
Debemos recolectarla cuando empieza el periodo de floración y la secaremos haciendo manojos no muy tupidos que colgaremos boca abajo en una habitación que esté ventilada, oscura y fresca, pero que no tenga humedad y que no reciba luz direca. Así los dejaremos secando y podremos usar las hojas secas durante todo el año.
La Lavanda en la Cocina
Podemos usar la lavanda en recetas de cocina, especialmente las flores en ensaladas y otros platos fríos y templados, así como en postres e incluso en bebidas, como por ejemplo hacer una limonada y añadir una cucharada por cada litro y medio.
Otros Usos de la Lavanda
- También podemos meter un poco de espliego en bolsitas hechas de tela y dejarlas en los armarios y zapateros. Con esto además de conseguir un agradable olor conseguiremos ahuyentar a las polillas. También puedes poner una de estas bolsitas entre la almohada y la funda para combatir el insomnio.
- Con la Lavanda también hacemos colonias, como estas e incluso para eliminar malos olores de alfombras, sofás, cortinas, como aquí.
- En cosmética natural y casera también es muy útil la Lavanda. Cuida las pieles y las mantiene en buen estado, prueba a hacer esta crema de manos.
- También se elabora un tónico de lavanda que tiene propiedades refrescantes, limpiadoras y tonificantes o un exfoliante natural para suavizar la piel del cuerpo.
Efectos secundarios / Contraindicaciones
No se aconseja el consumo de lavanda ante las siguientes patologías o enfermedades:
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Epilepsia.
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Gastritis.
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Enfermedad de Crohn.
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Síndrome del intestino irritable (también conocido con el nombre de colon irritable).
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Enfermedades del hígado.
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Enfermedades neurológicas.
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Parkinson.
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Colitis.
Tampoco se aconseja su consumo en las siguientes condiciones:
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Embarazo: contiene componentes tóxicos cuya presencia no la convierten en una planta adecuada para ser usada durante la gestación. Su aceite esencial puede producir abortos.
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Lactancia: no se aconseja su consumo en madres lactantes.
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Bebés y niños: no se debe administrar a bebés ni niños menores de 6 años.
Su aceite esencial puede empeorar los síntomas de las enfermedades indicadas en las líneas anteriores: síndrome del intestino irritable, colitis, enfermedad de Crohn; además de en caso de diarreas, hinchazón abdominal y sangre en las heces.